La Caracas que no se ve

Esta última toma su nombre a partir de 1946 cuando en homenaje a este gran poeta venezolano se erige un busto, ubicado sobre un pedestal moderno, al centro del trazado en cruz de la plaza circular. 

Aún a finales de los años 80 los jardines mantenían variadas flores, orquídeas y bromelias colgando de frondosos árboles, así como la presencia de una variada fauna silvestre. En la década de 1990 se inscribe su declive total; no fueron suficientes los operativos de mantenimiento implementados esporádicamente, así fueron desapareciendo sus jardines, flores, grama y árboles, para ser sustituidos por ramas secas, tierra yerma y oscuridad. 

Lo cierto es que por los alrededores de las plaza Pérez Bonalde se ubicó el primer campo para que jugara el club recién nacido, ese lugar hoy en día lo conocemos como “Los Magallanes de Catia”.

Hasta el año 1980 la plaza conservó su trazado original compuesto de ocho jardines en concordancia con la prolongación de las calles. Sin embargo, la intervención del Metro la redujo a cuatro jardines sin alterar su perímetro total y se hizo del bulevar un eje peatonal. Aún a finales de los años 80 los jardines mantenían variadas flores, orquídeas y bromelias colgando de frondosos árboles, así como la presencia de una variada fauna silvestre. En la década de 1990 se inscribe su declive total; no fueron suficientes los operativos de mantenimiento implementados esporádicamente, así fueron desapareciendo sus jardines, flores, grama y árboles, para ser sustituidos por ramas secas, tierra yerma y oscuridad. 

A nivel urbano, la plaza conforma un espacio radial cubierto de vegetación, en el que confluyen ocho calles. Contiguo al norte se ubica el Mercado Principal de Catia, edificación declarada Monumento Histórico Nacional. En la actualidad, se encuentra en regular estado de conservación, pese a ello es muy frecuentada y sirve de lugar de encuentro y recreación.